HISTORIA

Estamos en 1941 y, efectivamente, por entonces la Hermandad va a desarrollar una serie de largas y dificultosas negociaciones para la adquisición de una imagen del Santo Cristo de la Expiración, objetivo prioritario desde el comienzo de la nueva etapa.

Primero se entra en contacto con el escultor valenciano D. Pío Mollar el cual presenta un presupuesto de 9/10.000 ptas. y unas condiciones de pago que no son del agrago de la junta directiva y es desechado. Aprovechando la visita a la ciudad del famoso escultor de Santisteban del Puerto D. Jacinto Higueras, se le solicita un presupuesto de dicha imagen, pero será algo superior (15.000 ptas.) y peores condiciones de pago.

Es en septiembre de 1941 cuando se realiza una negociación con el artista Juan Luis Vassallo  Parodi, para la realización de la imagen del Santo Cristo de la Expiración. El escultor presenta un presupuesto de 12.000 ptas. a pagar en tres plazos (firma, entrega y hasta dos años después), comprometiéndose a entregar el trabajo para el año siguiente. Estas condiciones parecieron asequibles y a finales del mismo mes viene a Úbeda el escultor y se firma el contrato.

Llegado el momento, se traslada a Madrid el hermano José del Castillo Vegara finalesdelosaoscuarentay trae la imagen en un camión que llega a Úbeda la noche del día 31 de marzo de 1942 con el tiempo justo para desfilar en la procesión sobre un trono provisional cubierto de tela en sus laterales.

El trabajo de Vassallo causo una excelente impresión en la ciudad, como lo prueba una fervorosa y atinada crítica del escritor ubetense D. Ramón Martos López en un artículo en el diario Jaén del 29 de septiembre de 1942:

Es un Cristo de tradición andaluza, es decir, apenas martirizado, casi sin sangre, sin ademanes descompuestos, que esquiva lo exagerado y lo trágico en la actitud, para que no provoque una emoción vana y vulgar, sino que une a su esplendida belleza una ponderada serenidad clásica, por lo que la impresión que produce en la sensibilidad de los fieles es menos rápida pero más profunda.

DESCRIPCION

Nos encontramos ante una imagen de 1,90m. de altura por 2 de mano a mano, de madera policromada de ciprés y nogal, que representa a Cristo crucificado en el preciso momento de su expiración y muerte.

El tronco y miembros de medidas armónicas, recios y varoniles, sin hipertrofias atléticas, están plasmados con exquisita suavidad y con el mayor cariño. La colocación de las piernas, cruzadas, para sujetar los pies con un solo clavo, problema nada fácil, lo ha solucionado Vassallo con naturalidad y soltura, sin la menor violencia, desviando un poco la cadera izquierda y equilibrando la figura con la parte colgante del sudario adosado a la del lado opuesto.

Donde se sublima la dimensión genial de este Crucifijo, es en la cara del Redentor, en la expresión de angustia infinita con que eleva los ojos al cielo, en muda ofrenda al Padre.

La carnación, sobria y muy cuidada, de un tinte blanco mate levemente moreno, ya lívido, (lividez agónica subrayada en dedos, labios, mejillas,... muy atinadamente) muestra bajo determinadas luces, preciosas tonalidades y exquisiteces de marfil.

Fuentes:

• Aurelio Valladares Reguero, La Cofradía del Santísimo Cristo de la Expiración de Úbeda: Apuntes para su historia.
• Cincuenta Aniversario de la imagen del Santísimo Cristo de la Expiración. Editado por la Cofradía, 1993.